México antes del INE

Está demostrado en demasía que la izquierda latinoamericana sufre del síndrome de destrucción de instituciones. López y Canallas S.A. se han dedicado, con relativo éxito, a desarmar lo construido en la relativamente joven democracia mexicana.

Tras 70 años dieron al traste con la Policía Federal ; tomaron por asalto la suprema corte de justicia de la nación forzando a un magistrado a renunciar (que no era perita en dulce el muchachito); han colocado jueces a modo en procesos críticos para su «lucha contra la corrupción» y tumbaron el Seguro Popular para instalar un mamotreto llamado INSABI. La guadaña es lo de ellos, se les dá eso de destruir para luego instaurar un adefesio a modo.

Y les falta algo en la receta que todos los dictadorcetes bananeros han hecho o han intentado hacer: Ir por las institución que organiza las elecciones.

Veamos Venezuela, Bolivia, Ecuador, que tienen o tuvieron dominadas las instancias de organización electoral, colocando a loyalistas al régimen como encargados, dando, siempre, indistintamente la razón al Presidente.

El INE (formerly known as IFE) significó una grande diferencia en la democracia Mexicana. No todo el tiempo tuvimos una institución que organizara elecciones, no siempre fué así. Yo, ya con algunas décadas a cuestas, recuerdo algo de lo que pasaba antes.

Entonces, preguntémonos: ¿Cómo era México antes del INE?

Empecemos por recordar quién organizaba las elecciones: El encargado de coordinar la elección era el secretario de Gobernación. Imaginen que se le encarga a Olga Cordero organizar las elecciones. Personajes de oscuro pasado pasaron por ese encargo, destacadamente en la elección de 1988 Manolito Bartlet (aka. Director de la CFE en la 4T) se le cayó el sistema en la elección de presidente de la república. O sea, se valián de todos los métodos y cuando digo todos me refiero a todo lo que el poder presidencial tenía (y que quiere recuperar) para hacerse de la elección.

Otra diferencia es que la calificación de la elección hacía el Senado de la República, dominado por el partido en el poder, nunca de los nunca encontraban irregularidades.

Sin embargo lo más divertido no pasaba ahí. La parte creativa Mexicana se hacía presente en las urnas. Personajes casi caricaturescos como «El Mapache» se encargaban de hacer que, aunque no con mucho decoro, «El candidato oficial» siempre ganara la mayor cantidad de votos.

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Las urnas no siempre ha sido transparentes, ni se han armado enfrente de los electores al iniciar la jornada electoral. Hubo un tiempo que las urnas eran de paredes sólidas y se armaban antes, y curiosamente estaban llenas de votos previamente cruzados por el candidato oficial, aunque la suma de los votos no cuadrara con el padrón, no importaba, porque los funcionarios de casilla eran funcionarios del gobierno, a éste fenómeno se le llamaba «La urna embarazada».

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Logo del desaparecido IFE

Otro de las bonitas costumbres electorales, «El carrusel», consistía en, de manera burda y descarada, llevar a un camioncito, o dos, llenos de votantes de una casilla a otra, para vota una y otra y otra vez, con tal de garantizar el gane al candidato oficial. Ah, porque olvidaba decir, la credencial para votar con fotografía no siempre fué así, en general antes de su implementación la credencial era un cartoncito con una fotografía blanco y negro que podía ser fácilmente falsificado, lo que nos lleva a….

El Ratón Loco, que era una técnica electoral de votar múltiples veces en la misma casilla, el individuo votante (El ratón loco),se formaba en la fila, votaba, y se volvía a formar, solo para votar otra vez, y así, hasta acabar el día, ya sea con la misma credencial o con multiples falsificadas.

¿Y qué decir de los fenómenos paranormales dignos de «los muertos vivientes»? Hasta los muertos votaban.

Por más que los matraqueros del actual régimen griten, berreen y pataleen, no se puede decir nada de esto de las elecciones organizadas por el INE.

¿Existen trampas en las elecciones actuales?, sin duda, sin embargo ninguna tiene el componente de obligatoriedad que suponían los cochupos Ochenteros. Hoy dan despensas u otras dádivas para «promover el voto», sin embargo, el votante tiene la decisión en sus manos en la urna.

Así que, la Cuatroté va por el control del INE, porque es lo que procede en su hoja de ruta, porque necesitan espacio para revivir las prácticas antigüas, necesitan quien valide el cochinero que está por venir. Así lo tiene Maduro y así lo hizo, así lo tuvo Evo, y de igual modo lo utilizó. Son ramas de la misma mata, son harina del mismo costal. Se espera que hagan trampa, se espera que tengan personajes a modo para defender sus fraudes, así como en la SFP, habrá quién les lave la cara.

El INE es uno de los últimos reductos de la incipiente democracia Mexicana, protejámoslo, después, ya nada será igual.

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